En un entorno donde la seguridad pública enfrenta desafíos cada vez más complejos y dinámicos, la figura de mandos con experiencia técnica y capacidad de planificación estratégica adquiere un papel decisivo. Josep Antoni Saumell, intendente jefe de la Comisaría Superior Técnica de los Mossos d’Esquadra, encarna precisamente este perfil profesional. Con una dilatada trayectoria en logística operativa, diseño de dispositivos, gestión de recursos y coordinación interinstitucional, Saumell ha contribuido activamente a la consolidación de estructuras y procedimientos clave para la seguridad en Cataluña.
Esta entrevista busca profundizar en aspectos estratégicos de la planificación operativa, la innovación tecnológica, la formación aplicada y el liderazgo en situaciones críticas. Las preguntas están diseñadas para servir como guía en procesos de reflexión interna, y tienen como objetivo generar conocimiento aplicado a partir de la experiencia acumulada en cargos de alta responsabilidad como el que actualmente desempeña Saumell.
A través de esta propuesta se busca no solo recoger el criterio experto de un mando operativo de referencia, sino también abrir un espacio de análisis útil para responsables de cuerpos policiales, gestores de emergencias y profesionales de la seguridad pública comprometidos con la mejora continua del servicio.
PLANIFICACIÓN, LOGÍSTICA Y DISPOSITIVOS
USECIM: ¿Qué criterios estratégicos se priorizan en la planificación de dispositivos de seguridad con múltiples escenarios operativos?
JOSEP ANTONI SAUMELL: La respuesta más fácil, aunque totalmente cierta, es que todo pivota alrededor de la seguridad de participantes y asistentes. Ahora bien, los criterios estratégicos varían en función del tipo de dispositivo al que se deba hacer frente.
Planificar escenarios que van a producirse en un futuro relativamente cierto tiene sus ventajas. Saber el día y la hora, la razón del o de los dispositivos, y disponer de previsiones, permite seleccionar los recursos y medios disponibles para ajustar las acciones según la planificación.
Pero también planificamos para futuros inciertos, en los que no sabemos cuándo y dónde se van a producir determinadas situaciones. En esos casos, hay que responder con los recursos y medios disponibles en ese preciso momento, tal y como se haya establecido en los planes correspondientes.
HIPÓTESIS
El diseño de dispositivos con múltiples escenarios, o con uno solo, se parece a un deseo, a un sueño. Lo visualizas en tu mente, imaginas el final y, por tanto, sabes qué debe suceder justo antes para lograrlo, y así sucesivamente, hasta llegar al principio, cuando aún no ha ocurrido nada.

Y cuando llegas al principio, casi puedes escribirlo como un guion temporizado, que luego revisas desde el principio hasta el final, esta vez considerando variables de diversa complejidad que generan problemas a resolver para alcanzar el resultado deseado.
Ahí es cuando todavía lo retuerces y lo complicas más: informes de inteligencia, lecciones aprendidas, experiencias previas, antecedentes de situaciones similares, recursos disponibles, capacidades operativas… hasta que estás convencido de que las posibles sorpresas que esconde ese o esos dispositivos, ya no serán tales.
¿Los criterios estratégicos? Más allá de la seguridad de participantes, asistentes (o víctimas en caso de dispositivos de reacción ante acciones criminales) y servicios de emergencias, priorizamos:
- La información previa.
- La anticipación a los hechos previsibles y, en la medida de lo posible, a los que parecen imprevisibles.
- La dirección a través de imágenes, dejando la voz (radio operativa) como complemento.
- El compartir la información.
- Criterios de mínima intervención.
- Un uso ponderado de la fuerza, desistiendo —si no se genera un mal mayor— de actuaciones que pueden realizarse en otro momento.
USECIM: ¿Cómo se articula la planificación táctica con la disponibilidad real de medios humanos y materiales?
JAS: Con planes. Un plan es una previsión. Es un “¿y si…?”. ¿Y si pasara esto? ¿Y si pasara aquello?
Cuando te planteas escenarios y cómo resolverlos, examinas las fortalezas y debilidades de los recursos con más probabilidades de intervenir en distintos momentos.
La lógica y la realidad nos indican que, en la inmensa mayoría de los casos de escenarios no previstos, son los recursos menos especializados los que inicialmente hacen frente a la situación. Y, a medida que transcurren los minutos, van llegando unidades más especializadas y con mayor capacidad de mando.
Por tanto, existe una continuidad basada en tres ejes: el tiempo, los recursos y las capacidades (entendidas en su sentido más amplio). Es ahí donde debe articularse esa planificación realista.
¿Qué medios vamos a tener? ¿Qué podemos movilizar? ¿Cuánto tardan en llegar aquí o allá? ¿Qué respuesta o capacidades tenemos inicialmente y cuáles tendremos después? ¿Cómo nos vamos a organizar? ¿Cómo coordinarnos con otros servicios o agencias de emergencia?
Al responder a estas preguntas aparecen las fortalezas de la organización, pero también alguna debilidad. Las debilidades no son relevantes si son subsanables. Por tanto, para que la planificación táctica —o incluso estratégica— sea efectiva, hay que solventarlas.
A veces la debilidad será la falta de una determinada formación para tener una capacidad operativa; otras, la necesidad de adaptar un procedimiento a una nueva realidad; y en ocasiones, por citar un ejemplo más, una forma diferente de coordinarse con otras agencias.
USECIM: ¿Qué aprendizajes recientes se han integrado en la organización de grandes dispositivos tras eventos de riesgo elevado?
JAS: A veces, lo más impensable y aparentemente poco relevante. Por ejemplo, en los atentados en la ciudad de Barcelona, nos dimos cuenta de que los mandos policiales agotaban rápidamente las baterías de sus teléfonos móviles. Llamadas continuas.
Hoy, tenemos integradas en los diferentes niveles de los Centros de Mando Avanzados o Centros de Mando Policiales —según la situación— maletas con baterías constantemente cargadas, para evitar la pérdida de comunicación telefónica. De este modo, los mandos pueden centrarse únicamente en la dirección de la emergencia, sin preocupaciones logísticas.
También hemos aprendido que no se puede dejar descargar un teléfono, igual que no apuramos el depósito de combustible.
O en el reciente apagón, cuando la telefonía satelital no funcionó como hubiéramos deseado y acabó generándonos algún problema que creíamos resuelto. Aunque es cierto que los vehículos equipados con sistemas satelitales funcionaron perfectamente.
Por todo ello, cada vez será más habitual que en grandes dispositivos, por ejemplo, se disponga de telefonía satelital para garantizar las comunicaciones ante cualquier escenario.

USECIM: ¿Qué tipo de coordinación interdepartamental considera más efectiva en escenarios de emergencia simultánea?
JAS: La asignación clara de la dirección y la definición de responsabilidades.
Se debe establecer a quién corresponde la dirección de la emergencia, ya que será quien tome las decisiones sobre qué hay que hacer.
Luego, los diferentes grupos que trabajan en esa emergencia deben coordinarse entre ellos para ejecutar las acciones necesarias. Y, al igual que hay una dirección de la emergencia, debe haber también una dirección de cada grupo operativo.
Imagínese que la dirección corresponde al Cuerpo de Bomberos (por ejemplo, en un incendio), y el grupo de orden público está formado por tres o cuatro cuerpos policiales. No puede ser que cada cuerpo se coordine individualmente con el mando de Bomberos. Tiene que haber un único interlocutor policial que asigne misiones o funciones a las distintas unidades.
USECIM: ¿Cómo valora la implantación de simulacros logísticos como herramienta de validación previa a despliegues reales?
JAS: Fundamental. Sin simulacros no hay éxito en misiones, intervenciones, actuaciones o dispositivos —como queramos denominarlos— siempre que cuenten con un mínimo de complejidad y la participación de diferentes agencias o cuerpos de emergencia, en muchas ocasiones incluyendo servicios privados de seguridad o de gestión de instalaciones.
Es necesario confrontar nuestros procedimientos con los de otras agencias, y también confrontar todos esos procedimientos frente a la amenaza o situación que nos ha activado. Detectar las debilidades de esa intervención simultánea y corregirlas.
A veces esas debilidades son internas, por lo que también son necesarios los simulacros internos, bien para corregirlas, bien simplemente para confirmar que estamos preparados.
No se puede ser ajeno, por ejemplo, a un Plan de Autoprotección de una instalación y acabar realizando acciones que se solapan o van en contra de dicho plan.
USECIM: ¿Qué indicadores se utilizan en la evaluación postoperativa de grandes dispositivos?
JAS: Podríamos decir que el primero es si hemos conseguido o no el objetivo, y el segundo, cómo lo hemos conseguido. Aunque también hay otros, como la eficiencia o el coste, por mencionar algunos.
Nosotros utilizamos habitualmente el debriefing. Internamente, con las unidades participantes, analizamos qué podríamos hacer mejor, qué no ha funcionado como esperábamos, o qué expectativas no se han cumplido en relación con nuestros propios recursos.
Después extendemos ese mismo procedimiento a todas las agencias participantes.
En ocasiones, al leer el informe —aunque muchas veces extenso— te das cuenta de que somos perfeccionistas y que nos atribuimos posibilidades de mejora porque buscamos la excelencia.
A veces podríamos darnos una nota de 9 y no estar satisfechos porque queremos el 10. Realmente, considero que esa ansia de superación y perfección es una fortaleza.

Simulacro en la estación de Sants en Barcelona.
USECIM: ¿Cuál es el papel del mando técnico en la gestión logística durante incidentes prolongados?
JAS: La gestión logística es complicada. Como todo.
Por una parte, implica generar la infraestructura necesaria para gestionar el incidente. Estaremos de acuerdo en que prácticamente todos los incidentes pasan por un Centro de Mando Avanzado con las mismas capacidades que una Sala Estratégica: imágenes, geoposicionamiento, comunicaciones, conectividad, acceso a sistemas policiales, etc.
Pero también, dependiendo del incidente, pueden surgir otras necesidades como salas de descanso, almacenes, logística alimentaria, salas de reuniones, dormitorios, etc.
Para dar una solución global —dependiendo del nivel de activación y de las infraestructuras a establecer— desde la Comisaría Superior Técnica nos coordinamos continuamente con la Comisaría General TIC, el Servicio de Telecomunicaciones de RESCAT o la Sala de Mando de la Prefectura.
Y regularmente desplegamos diferentes niveles para mantenernos entrenados y detectar debilidades en el procedimiento.
Desde ese punto de partida, en la gestión logística intentamos anticiparnos a todas las necesidades posibles, incluso en escenarios futuros e inciertos. La pregunta constante es: “¿Qué podría ser necesario?”.
Y una vez definidos esos elementos o materiales —con mayor o menor complejidad de uso— hay que ser estrictos en su mantenimiento para garantizar su máxima disponibilidad.
TECNOLOGÍA Y RECURSOS
USECIM: ¿Qué tecnologías se están integrando actualmente en la planificación y supervisión de operativos?
JOSEP ANTONI SAUMELL: La más relevante, que hace años que incorporamos, son las cámaras. Y más que las cámaras en sí, es la transmisión de imágenes en streaming. Ver lo que está sucediendo, y verlo prácticamente en directo por parte de los mandos que toman decisiones estratégicas —pero también operativas— supone disponer de más y mejor información y, en consecuencia, tomar mejores decisiones.
Esa transmisión de imágenes se genera a través de vehículos, agentes, drones, helicópteros o embarcaciones, por citar algunos medios.
Acabas disponiendo de una visión, quizá no totalmente de 360º, pero sí bastante próxima. La radio es el complemento ideal para interpretar correctamente lo que estamos viendo.
Otra tecnología que se incorpora cada vez con más fuerza es el uso de la conectividad por satélite y el geoposicionamiento constante de las dotaciones.
Al final, cada vez más, se combinan las tecnologías 4G/5G con la satelital.
USECIM: ¿Cuáles son los principales desafíos en la renovación del equipamiento táctico (vehículos, protección, armamento)?
JAS: Son varios frentes, todos importantes, y los tres que menciona están entre los más relevantes.
Vehículos: más ecológicos, más potentes, más seguros, mejor equipados; si es posible, con protección balística. Y no menos importante: que, al circular con señalización de prioridad y emergencia, sean lo más visibles posible, tanto para la propia seguridad como para la de los usuarios de la vía.
Protección: quizá en los últimos años la hemos integrado como parte de la uniformidad. Chalecos antibalas, anticuchillo o antipunzón forman ya parte de la dotación habitual. Siempre se pueden mejorar, pero hay que equilibrar seguridad con ergonomía, flexibilidad y comodidad. Una protección que, por incómoda, no se usa, no protege de nada.
Tampoco podemos olvidar protecciones más severas para hacer frente a calibres menos comunes, como los utilizados por grupos terroristas. Aunque no es necesario dotar a toda la plantilla, es importante disponer de unidades preparadas para este tipo de respuesta, constantemente desplegadas.
Armamento: al final, es como mínimo una cuestión de contrarrestar. Se necesitan unidades capaces de hacer frente a un fusil de asalto como los usados por ciertos grupos terroristas. Pero también es cierto que la mayoría de los policías seguimos trabajando con el calibre 9mm. La variedad en armamento es inmensa, y en ocasiones optar por las soluciones más modernas puede ser contraproducente si la plantilla está entrenada en un sistema distinto. Me costaría mucho aconsejar una única opción.
A estos tres elementos, añadiría un cuarto: la captación y transmisión de imágenes. Plantear un equipamiento táctico sin capacidad de captación y transmisión de vídeo es cada vez más arriesgado.

USECIM: ¿Cómo se equilibra la incorporación de herramientas tecnológicas con la capacitación operativa del personal?
JAS: A veces, es complicado. Todo cambio, inevitablemente, comporta una cierta resistencia. Ya sea porque estás en tu zona de confort con las herramientas actuales, o porque dominas los procedimientos establecidos.
Incorporar nuevas herramientas —especialmente tecnológicas— requiere no solo planificar su implantación, sino también la formación de los usuarios y la adaptación de los procedimientos.
Antes, en un operativo policial había dos cámaras, y todos querían que se proyectaran en el video wall. Hoy, con cientos de fuentes de vídeo, hace falta casi un realizador, como en una cadena de televisión. Y, aun así, nos damos cuenta de que a veces proyectamos imágenes que no ofrecen la mejor perspectiva, o que no hacemos un seguimiento eficiente y ordenado. Otras veces, simplemente el operador no domina suficientemente los programas o sistemas disponibles.
Cuando a eso le añadimos redes 4G/5G, balanceo con satélite, múltiples usuarios y contraseñas, entornos Windows y Android, accesos a programas en redes seguras y otras públicas… se necesita personal cada vez más capacitado y formado.
Y no se puede alejar demasiado la formación de la implantación: el conocimiento que no se usa, se olvida. Por tanto, hay que asumir ciertos riesgos: formar, implementar, aceptar posibles incidencias y solucionarlas sin que afecten a la calidad del servicio.
En ocasiones, técnicos y expertos en el manejo de los nuevos sistemas han de compartir jornadas con los usuarios hasta tener la certeza de que estos cuentan con los conocimientos suficientes para continuar de forma autónoma.
USECIM: ¿Qué sistemas se emplean para gestionar en tiempo real los recursos asignados durante un dispositivo?
JAS: Desde la posición más estratégica, los mandos tácticos emplean el visionado en tiempo real de imágenes y el geoposicionamiento. Así se sabe qué están haciendo, cómo lo están haciendo y dónde lo están haciendo.
Obviamente, no son los únicos sistemas utilizados, pero sí los más rápidos y eficientes.
USECIM: ¿Qué experiencias recientes han marcado un cambio en la política de adquisiciones estratégicas?
JAS: Aunque es cierto que algunas experiencias recientes han motivado cambios en la política de adquisiciones estratégicas, también lo es que otras nos han confirmado que los escenarios posibles que habíamos previsto eran acertados, lo que ha reforzado la necesidad de reorientar nuestra línea estratégica.
Los atentados de Barcelona y Cambrils, los disturbios posteriores a la sentencia del «procés», o la DANA en la Comunidad Valenciana son algunos ejemplos. Estos sucesos nos han confirmado gran parte de los escenarios que habíamos previsto, y también nos han mostrado otros que no habíamos contemplado o lo habíamos hecho en menor medida.
Dicen que la realidad siempre supera a la ficción.

COORDINACIÓN Y SEGURIDAD PÚBLICA
USECIM: ¿Qué mecanismos de coordinación se consideran más eficaces entre Mossos, policías locales y cuerpos estatales?
JOSEP ANTONI SAUMELL: Con las policías locales partimos de una misma Escuela de Policía y de una misma formación básica. El Curso de Formación Básica para Policías (CFBP) es el mismo. Por tanto, utilizamos un lenguaje policial común para referirnos a hechos, situaciones y procedimientos, y eso, de por sí, ya constituye un primer elemento de coordinación.
Compartimos la misma vía pública, por lo que estamos obligados a entendernos. Las relaciones entre mandos de ambos cuerpos, las Juntas Locales de Seguridad o las Mesas de Coordinación Policial son espacios adecuados para facilitar esa coordinación.
Además, las policías locales comparten nuestro sistema informático para la recogida de denuncias y el acceso a la información policial, así como la mayoría de la documentación policial operativa.
La Dirección General de Coordinación de Policías Locales unifica muchas de las directrices técnicas de estas policías, y a la vez lo hace también con nosotros, lo que permite que los procedimientos, siempre que sea posible, sean iguales o lo más similares posibles entre todos los cuerpos.
Vestimos prácticamente el mismo uniforme y utilizamos vehículos prácticamente idénticos. Al final, la ciudadanía ha de ver “a la policía”, y ya nos organizaremos nosotros internamente.
Con los cuerpos de seguridad del Estado, además de la Junta de Seguridad de Catalunya y las reuniones de alto nivel entre mandos de los tres cuerpos, o las reuniones específicas de policía judicial, también nos coordinamos mediante las Juntas Locales de Seguridad y reuniones entre mandos territoriales en distintos niveles.
USECIM: ¿Cómo se evalúa la capacidad de respuesta conjunta en contextos multirriesgo (manifestaciones, terrorismo, protección civil)?
JAS: En los dos primeros casos, es principalmente una cuestión de inteligencia, y por tanto responsabilidad de las unidades especializadas. Estas unidades conocen las causas de las manifestaciones, el tipo de conflicto o de reivindicación, los antecedentes de otras similares… Toda esa información, bien tratada y situada en el contexto adecuado, nos permite categorizar ese acontecimiento, prever cómo puede desarrollarse, dimensionar los recursos necesarios y emitir las instrucciones operativas pertinentes.
En el caso del terrorismo, hay que evaluar no solo la amenaza, sino también la capacidad real para ejecutarla. Se identifican puntos vulnerables y se planifican medidas de protección. El trabajo no se limita a la respuesta: también implica prevención e investigación en caso de producirse un incidente. Necesitamos un plan para hacer frente a un incidente incierto en tiempo, magnitud y localización. En nuestro caso, ese plan se llama CRONOS.
PROTECCIÓN CIVIL
La DANA nos ha demostrado muchas cosas. También lo hizo la erupción del volcán de La Palma, pero especialmente la DANA. Hemos estado planificando en base al cambio climático y a fenómenos meteorológicos extremos, pero la DANA nos ha enseñado que “el lobo” está ahí. Tal vez tengamos que comprar más botas de agua. O que debamos tener equipos organizados específicamente para operaciones de rescate o búsqueda y rescate si se nos requiere para ello. Tenemos las capacidades, pero no estamos suficientemente organizados para ejecutarlas. Actualmente estamos redactando el CRONOS de emergencias.
Una buena respuesta en cualquiera de estos tres escenarios requiere dos factores: el primero, la preparación; el segundo, la suerte.
La preparación incluye los recursos, su formación, las capacidades, la previsión y la planificación. La suerte solo contempla el azar.
La suma de preparación y suerte debe dar 100. Cuanta menos preparación tengamos, más suerte necesitaremos. Nuestro trabajo es reducir ese porcentaje de suerte al mínimo residual.

USECIM: ¿Qué elementos doctrinales guían el despliegue de las ARRO y la Brigada Móvil en contextos sensibles?
JAS: El principio doctrinal es intentar alcanzar el objetivo fijado con la mínima intervención y el uso de la fuerza estrictamente indispensable.
Son unidades altamente cualificadas, con gran capacidad técnica y táctica, que operan frecuentemente en entornos difíciles, hostiles y cambiantes.
A veces, el número de efectivos, el despliegue, la sorpresa o la habilidad táctica permiten alcanzar el objetivo sin recurrir a la fuerza. En otras ocasiones, determinadas actuaciones pueden ser ejecutadas posteriormente, por estas mismas unidades u otras.
Pero si finalmente es necesario el uso de la fuerza, esta debe ser la mínima posible, la estrictamente necesaria y lo más localizada posible.
Estas unidades se despliegan para proteger puntos o entornos altamente sensibles (como nodos de comunicación o grandes concentraciones humanas), que requieren tanto una elevada protección como una alta capacidad de respuesta.
También se activan en situaciones de alto riesgo que requieren medios extraordinarios, como asaltos a viviendas o intervenciones en plantaciones de marihuana, entre otros.
USECIM: ¿Cómo se gestiona la comunicación interna en operaciones con múltiples niveles de mando?
JAS: Intentando facilitar el acceso a la misma información y garantizando una comunicación fluida.
Sean incidentes ordinarios o extraordinarios, trabajamos para que los mandos dispongan de la misma información operativa. Actualmente, algunos mandos tácticos de unidades como la ABM o las ARRO disponen de vehículos con capacidades equivalentes a una Sala Estratégica.
Estamos trabajando para que los jefes de Turno de las Regiones Policiales puedan contar con los mismos recursos tecnológicos en sus vehículos.
USECIM: ¿Qué margen existe para introducir nuevos protocolos de seguridad en eventos deportivos o de alta concurrencia?
JAS: Depende. Si hablamos de un aspecto regulado por ley, el margen es escaso. Si se trata de procedimientos que pueden ser introducidos dentro del marco legal vigente, el margen es mayor.
Nos coordinamos con la Oficina Nacional del Deporte. La relación con esta oficina y con el Inspector jefe que la dirige es muy buena. Mantenemos contacto regular y, si tenemos propuestas de alcance general, se las trasladamos. Del mismo modo, ellos nos comunican sus iniciativas para que las valoremos.
Tampoco podemos hacer cosas muy distintas a las que se hacen en el resto de España, ya que las aficiones se desplazan de un estadio a otro, y debemos ofrecerles certezas, no incertidumbres.
Obviamente, luego hay que adaptar los protocolos a la realidad de cada instalación o entorno. Los procedimientos aplicables en un determinado estadio de fútbol pueden no ser exactamente los mismos en otro, ya que las instalaciones son diferentes. Ese simple hecho obliga a modificar protocolos para considerar no solo el evento, sino también las características del recinto donde se celebra y del entorno que lo rodea.

EVALUACIÓN ESTRATÉGICA Y MEJORA CONTINUA
USECIM: ¿Qué indicadores se utilizan en la evaluación postoperativa de grandes dispositivos?
JOSEP ANTONI SAUMELL: Podríamos decir que el primero es si hemos conseguido o no el objetivo, y el segundo, cómo lo hemos conseguido. Aunque también hay otros, como la eficiencia o el coste, por mencionar algunos.
Nosotros utilizamos habitualmente el debriefing. Internamente, con las unidades participantes, analizamos qué podríamos hacer mejor, qué no ha funcionado como esperábamos, o qué expectativas no se han cumplido en relación con nuestros propios recursos.
Después extendemos ese mismo procedimiento a todas las agencias participantes.
En ocasiones, al leer el informe —aunque muchas veces extenso— te das cuenta de que somos perfeccionistas y que nos atribuimos posibilidades de mejora porque buscamos la excelencia.
A veces podríamos darnos una nota de 9 y no estar satisfechos porque queremos el 10. Realmente, considero que esa ansia de superación y perfección es una fortaleza.
USECIM: ¿Cuál es el papel del mando técnico en la gestión logística durante incidentes prolongados?
JAS: La gestión logística es complicada. Como todo.
Por una parte, implica generar la infraestructura necesaria para gestionar el incidente. Estaremos de acuerdo en que prácticamente todos los incidentes pasan por un Centro de Mando Avanzado con las mismas capacidades que una Sala Estratégica: imágenes, geoposicionamiento, comunicaciones, conectividad, acceso a sistemas policiales, etc.
Pero también, dependiendo del incidente, pueden surgir otras necesidades como salas de descanso, almacenes, logística alimentaria, salas de reuniones, dormitorios, etc.
Para dar una solución global —dependiendo del nivel de activación y de las infraestructuras a establecer— desde la Comisaría Superior Técnica nos coordinamos continuamente con la Comisaría General TIC, el Servicio de Telecomunicaciones de RESCAT o la Sala de Mando de la Prefectura.
Y regularmente desplegamos diferentes niveles para mantenernos entrenados y detectar debilidades en el procedimiento.
Desde ese punto de partida, en la gestión logística intentamos anticiparnos a todas las necesidades posibles, incluso en escenarios futuros e inciertos. La pregunta constante es: “¿Qué podría ser necesario?”.
Y una vez definidos esos elementos o materiales —con mayor o menor complejidad de uso— hay que ser estrictos en su mantenimiento para garantizar su máxima disponibilidad.

Josep Antoni Saumell, intendente jefe de la Comisaría Superior Técnica de los Mossos d’Esquadra.
USECIM: Y, para terminar, ¿qué mecanismos existen para la mejora continua tras la finalización de un operativo?
JAS: La mejora continua parte de la evaluación objetiva y crítica de todo lo ocurrido. Por eso apostamos por un análisis riguroso, detallado y, siempre que es posible, multidisciplinar.
No sólo revisamos lo que hicimos bien o mal, sino que también incorporamos las aportaciones de todos los agentes implicados, incluidos aquellos que participaron desde otros organismos o administraciones.
Es fundamental que esta evaluación no se quede en un mero documento, sino que se traduzca en acciones concretas que puedan aplicarse en futuros dispositivos.
Finalmente, la mejora continua es un proceso dinámico, que se retroalimenta constantemente con nuevas experiencias y que, en última instancia, busca optimizar nuestros recursos y capacidades.
OSCAR ETXEBARRIA
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