UBUNTU, supervivientes por suicidio

UBUNTU, Asociación Andaluza de Supervivientes por Suicidio de un Ser Querido.

Según datos de la OMS (2021) cada año se suicidan cerca de 700.000 personas y muchas más intentan hacerlo. Todos los casos son una tragedia que afecta a familias, comunidades y países y tienen efectos duraderos para los allegados de la víctima. Puede ocurrir a cualquier edad, y en 2019 fue la cuarta causa de muerte en jóvenes entre 15 y 29 años en todo el mundo. Más del 77% de los suicidios ocurridos en ese año tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos. Y la ingesta de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio.

Es necesario crear una conciencia social que manifieste la necesidad de que cada persona tiene una responsabilidad en dicho fenómeno, en su prevención y en el apoyo a los supervivientes: los familiares, amigos y allegados de las personas fallecidas por suicidio, que se sienten juzgados y culpabilizados por su entorno, y que sufren un duelo con características diferentes al de otras personas, por tratarse de una muerte autoinfligida e inesperada.

Por todo ello, no se puede obviar que es vital prestarles especial atención y ayudarles con la superación de la pérdida. Entre todos tenemos que lograr que estas personas dejen de estar desaparecidas en la sociedad, logrando que se visibilice el suicidio para su prevención y las ayudas que se les presten sean cada vez más adecuadas y efectivas.

Susi de León, presidenta de UBUNTU, la Asociación Andaluza de Supervivientes por Suicidio de un Ser Querido, charla con ‘Canal de Noticias USECIM’ para hablarnos de su trabajo para visibilizar el fenómeno y de la ayuda prestada a los supervivientes.

USEC: ¿Por qué y cuándo se crea UBUNTU?

SDL: Nacimos como Asociación en Cádiz, en diciembre de 2020, que es cuando nos inscribimos en el Registro oficialmente. Previamente, desde noviembre de 2020, Daniel Jesús López, presidente de la asociación de profesionales Papageno, contactó con nosotras para iniciar un Grupo de Ayuda Mutua en Cádiz de forma altruista y desinteresada. Ahí empezamos a caminar. Se creó este grupo y nos dimos cuenta de que era necesario poner voz a nuestro dolor, exigir a la administración que se trabajase en la dirección de la prevención y la intervención de la conducta suicida, pero, también, en la posvención. Tras cada muerte por suicidio habrá al menos seis personas que quedarán marcadas de por vida por esta muerte. Esas personas, las llamadas supervivientes, son nuestro objeto de acción como asociación.

USEC: ¿A qué debe su nombre?

SDL: Tras un profundo debate nos decantamos por denominarnos Asociación Andaluza de Supervivientes por Suicidio de un ser Querido-Ubuntu. Nos queríamos presentar como lo que somos, directamente, sin paños calientes, para ir rompiendo el tabú y el estigma social que acompañan al suicidio. Somos una asociación de supervivientes, familiares de personas que murieron por suicidio. Somos los brazos que se abren cuando todo el sistema ha fracasado. Ubuntu es una palabra ancestral africana que recoge nuestro espíritu como asociación: la ayuda mutua. Significa “yo soy, porque juntas, las personas somos”. Queríamos que todas las personas que hubieran sufrido una pérdida por suicidio encontrasen a nuestro lado ayuda y consuelo, pero también herramientas para afrontar y superar sus duelos. Sentirse entendidas y acompañadas en el proceso de transformación “del dolor en Amor”. Esa es nuestra misión: avanzar juntas sin dejar a nadie atrás.

USEC: ¿Qué es la llamada VISIÓN EN TÚNEL?

SDL: Los especialistas denominan así al proceso por el cual la persona se despega del interés por la vida. Su sufrimiento es tan grande que ya no pueden ver la realidad en su totalidad, y caen en la desesperanza y la oscuridad. Se sienten una carga para los demás, de ahí esa visión en túnel. Su deseo no es morir, sino dejar de sufrir y de hacer sufrir a quienes los quieren. Desgraciadamente no son conscientes del inmenso sufrimiento que provocan a quienes quedan con su errónea decisión.

USEC: ¿Por qué no se habla del suicidio?

SDL: En estos últimos años sí que se está empezando a hablar, y, por desgracia, empezamos a caer en los mismos errores. Hubo un tiempo que en las propias facultades de periodismo se les explicaba a sus estudiantes que estaba prohibido hablar de suicidio pues provocaba el llamado efecto Werther (imitación de esta conducta). Sin embargo, eso alimentó el tabú y el estigma, y ocultó la realidad.

Hoy en día se empieza a hablar, pero vemos como en muchos casos se cometen tremendos errores, muy peligrosos, además. Se cae en el sensacionalismo y el morbo, se atenta contra la intimidad y el derecho de las personas, se dan abiertamente métodos y detalles que no deberían estar en los medios. Desgraciadamente el camino no está siendo el correcto, a pesar de que hay multitud de indicaciones de asociaciones de profesionales que indican las pautas y buenas prácticas para un periodismo responsable en este tema.

USEC: ¿Existen conductas, pensamientos y emociones comunes en los supervivientes?

SDL: Comunes en todos no, sería demasiado simplista. El suicidio es un fenómeno multicausal, que viene dado por multitud de factores. No tiene por qué estar ligado necesariamente a una enfermedad mental, por ejemplo. Pueden influir muchísimas situaciones vitales: adicciones, vulnerabilidad por situación de violencias ejercidas hacia la persona (de género, bulling, mobbing, etc.), situaciones de desesperanza provocadas por las situaciones de pérdida de trabajo, precariedad o presión laboral, desahucios, enfermedades, soledades no deseadas, divorcios o separaciones, etc. En definitiva, hay una multicausalidad de factores en el suicidio.

Todo ello también va a provocar en sus familiares o allegados supervivientes efectos concretos, diferenciados, pero sí podemos hablar de algunas conductas, sentimientos, pensamientos y emociones comunes. De entrada, este colectivo, se convierte en uno de los de mayor riesgo a su vez de suicidio. No haber podido evitar la muerte de tu ser querido provoca un sentimiento de no “merecer vivir tú tampoco”; de culpabilidad por no haberlo podido evitar, por lo que dijimos y no debimos decir, por lo que no dijimos y sí debimos decir.

Es muy común ese desgarro en todas las personas supervivientes, se mezcla en ocasiones con la rabia de no entender cómo pudieron llegar a ese final, con la sensación de abandono, con la inmensa sensación de apatía vital…Hay mucho dolor y muchísimo sufrimiento en las personas supervivientes. Los dos grandes puñales son la culpa y la sensación de abandono, de creencia de que es una “muerte autoelegida”, cuando en muchos casos nuestros seres queridos no solo no ven otra salida a su sufrimiento, sino que incluso toman esa decisión pensando en sus propios familiares, al pensar que les liberan de una carga. Esa emoción en muy dolorosa y difícil de sanar.

USEC: El explicar que el duelo que se está llevando es normal y cómo irá evolucionando, puede llegar a ser terapéutico.

SDL: No hay por qué en principio tener unos tiempos fijados. Algunos especialistas dicen que si en un plazo de dos años no se ha superado el duelo será un duelo patológico. Nosotras, en Ubuntu, decimos que hay que respetar tiempos y sentires, no hay dos seres iguales, luego, tampoco, nuestros duelos pueden serlo. Lo que sirve a una persona a otra igual no, por lo que cada cual ha de encontrar sus propias herramientas de superación y transformación.

Es muy importante crear espacios de escucha activa, de expresión libre donde la persona se sienta entendida. A veces, o, quizás, en la mayoría de estos duelos por su componente traumático, es necesaria la ayuda profesional. Las personas somos mucho más fuertes de lo que podemos imaginar, tenemos una gran resiliencia que surge en situaciones adversas y eso nos hace encontrar caminos de superación que, en muchos casos, nos lleva al crecimiento personal como seres humanos. Se despiertan sentimientos de empatía y solidaridad humana, de ayuda mutua, que beneficia a todos y todas.

USEC: ¿El suicidio es hereditario?

SDL: No, de ningún modo. Nada hay que dirija en esa dirección. Pero sí puede influir el ver el suicidio como solución para los problemas. De ahí la importancia de visibilizar a las personas supervivientes, pues muestran los efectos desgarradores de este tipo de muertes, y también a las sobrevivientes y sus historias de vida, pues demuestran que sí hay salida, otras salidas, para los problemas.

USEC: En muchas ocasiones se califica al suicidio de una manera simplista, como un acto de valentía o de cobardía.

SDL: Sí, es cierto, y para nosotras no es ni una ni otra cosa. Efectivamente es simplista dar esa visión pues como ya decíamos anteriormente esa persona lo que desea es dejar de sufrir, parar su sufrimiento y su dolor. No somos quien, para juzgarles, no debemos juzgarles ni frivolizar con esos términos de cobardía o valentía. Hay que ponerse en los zapatos de esas personas y entender el inmenso sufrimiento que padecen en ese instante para ver el suicidio, erróneamente, como única solución.

USEC: ¿Tomar una decisión de estas características siempre es debido a problemas catalogados por la sociedad como muy graves?

SDL: Será así en determinados casos, posiblemente, pero no en todos. Hay muchos suicidios que son debidos a impulsos no meditados realmente, a errores médicos que han provocado miedo en las personas diagnosticadas, a equivocados sentimientos de ser una carga para sus seres queridos… Si se hubieran verbalizado y expresado esos miedos, sentimientos, emociones, seguro que muchos de estos suicidios serían evitables.

USEC: También existe otro mito, que sólo se suicidan aquellas personas con un trastorno mental.

SDL: Está más que demostrado que eso no es cierto. Hay muchas personas que viven circunstancialmente una situación de desesperanza vital y entran en ese túnel del que no ven más salida. Ni todos los suicidas son enfermos mentales, ni todos los enfermos mentales se suicidan. Esa es la única realidad.

USEC: ¿Es muy normal que el superviviente piense que podría haber evitado lo sucedido?

SDL: Sí, como expresaba anteriormente es el puñal más difícil de arrancar del pecho de una persona superviviente. Todas pensamos que pudimos hacer algo más de lo que hicimos, cuando en multitud de ocasiones esos familiares han hecho todo lo posible y más de lo que hubiera hecho otra persona, pero es el efecto de la desolación generada por el suicidio de tu ser querido. Cuesta mucho superar esta parte.

USEC: ¿Cómo ayudan a estas personas a enfrentarse a esta realidad?

SDL: Poco a poco, con escucha activa y permitiéndoles expresarse, haciéndoles ver cuantas cosas sí que hicieron por sus seres queridos, lo difícil que hubiera sido evitarlo porque lo podrían haber hecho en otro momento. En algunos casos en los que ha habido intentos previos esos familiares consiguieron evitarles la muerte. Compartir nos ayuda a entender, porque prácticamente todas las personas supervivientes expresamos un mismo sentir, y ello nos ayuda a entender que hay situaciones en la vida que son inevitables.

El azar, la tragedia, también forman parte de la vida. Tenemos que aprender a entender que no podemos evitar siempre el sufrimiento de los nuestros y que, por más que hagamos e intentemos ayudarles, no siempre vamos a tener éxito. Cuesta mucho asumir los fracasos en esta sociedad en la que solo el éxito se premia. Asumir nuestras limitaciones y el alcance de nuestras responsabilidades para con los demás debería ser parte de este aprendizaje vital.

USEC: ¿Qué se consigue silenciando el suicidio, sus causas y sus consecuencias?

SDL: Pues se consigue lo que tenemos en la actualidad. Unas cifras que se han convertido a nivel estatal y mundial en vergonzosas. Son el espejo del fracaso de este sistema atroz que devora a sus hijos al convertirnos en mercancía. Lo único que conseguirá vencer al suicidio es abordarlo con serenidad y cordura: estudiar a fondo las verdaderas razones que llevan a un ser humano a querer quitarse la vida, la soledad, la angustia vital, la precariedad, la falta de expectativas vitales… Hay que entrar a fondo verdaderamente en esas causas, analizar el mundo que hemos creado y que , tras la pandemia en lugar de mejorar parece avanzar aún más hacia la agonía, y generar esperanza y expectativas vitales para todos los seres.

USEC: ¿Cuáles son las reacciones emocionales y cognitivas más comunes de los familiares el día del suceso?

SDL: Ese día los familiares quedan en completo shock traumático. El suicidio es devastador, nos pasa por encima como un tsunami que nos saca del mundo. Es muy difícil asumirlo, cuesta entender lo ocurrido, martirizan los por qué. Como cualquier muerte inesperada nos hace sentir como un tren que descarrilara, pero enseguida surgen los sentimientos y emociones comentados anteriormente: perplejidad, no aceptación, desgarro emocional, culpabilidad… El shock traumático es la reacción más común entre los familiares en los primeros momentos.

USEC: ¿Y manifestaciones físicas y de comportamiento?

SDL: En muchos casos hay una pérdida del deseo de vivir: depresión, cansancio y desgano vital, insomnio, pesadillas con imágenes dolorosas, autocastigos al considerar que no merecemos seguir vivos cuando nuestros seres queridos no lo están y no hemos podido evitar su muerte. Hemos constatado muchos casos en los que se somatiza la tensión con grandes dolores y contracturas musculares, agudización de patologías previas, falta de energía para mantener la concentración y el esfuerzo en el trabajo, etc. Hay quien necesita esconderse, aislarse, mantenerse en soledad, quien renuncia a los placeres más normales como algunos alimentos o bebidas, y quien no resiste la idea de quedarse a solas consigo mismo y busca aliviar su dolor de maneras diversas (fármacos, alcohol, hiperactividad, etc.…)

USEC: En los primeros momentos el superviviente buscará una y otra vez una explicación.

SDL: Así es. Hay una necesidad imperiosa de encontrar una explicación coherente a lo ocurrido. Nos tortura el encontrar esas respuestas, saber qué motivó el acto suicida, cómo no tuvo en cuenta el sufrimiento que provocaría en sus seres queridos.

USEC: ¿Cómo es el camino hacia la recuperación? ¿Fases del duelo?

SDL: Complejo, muy complejo, difícil y tortuoso. Hay mucho dolor y sufrimiento en estos duelos. Hoy en día ya no se tienen tanto en cuenta las diferentes fases del duelo, pero, al menos en mi caso, viví todas las propuestas por especialistas como Elisabeth Kubler-Ross : negación, rabia, negociación, depresión, aceptación…

Al principio no puedes creer que te esté ocurriendo a ti, que tu familiar haya sido capaz de tomar esa decisión. Hay una negación de la realidad. Luego llega la rabia, cuando entiendes que sí ha ocurrido y que ya no hay vuelta atrás. Hay quien se enfada con su ser querido y quien se enfada consigo misma. En mi caso fui de las segundas, no pude enfadarme con mis seres queridos – he tenido dos pérdidas por suicidio: un hermano con 30 años y mi marido, con 50 – pero sí conmigo misma, por no haber podido evitarlo. Sentí rabia contra este sistema devastador que no deja lugar para la vida. Sentí mucha rabia contra la Vida por haberme robado lo que me hacía feliz. Luego comencé la fase de negociación, la montaña rusa en la que empiezas a ver y analizar lo ocurrido desde un prisma más objetivo.

Pero es tan difícil y doloroso que requiere mucha fuerza interior y resiliencia. De ahí que la montaña rusa se adueñe de nuestras vidas, y nos haga subir y bajar en los estados de ánimo de forma permanente. La depresión llega como una sombra que se hace dueña de nuestras vidas. Es muy dolorosa, la fase en la que estamos más en peligro pues nos arrebata las fuerzas vitales y, en muchos casos, nos hace enfermar, caer al vacío sin red…

La depresión es el momento clave pues nos hace tocar fondo y, o nos impulsa hacia la Luz, o nos hunde en las más oscuras sombras. La aceptación viene tras entender que lo ocurrido no pudo evitarse, que todo el dolor que sentimos ha de transformarse en amor para que nuestros seres queridos y nosotras podamos seguir viviendo en paz. Ellos habitarán en nuestro corazón y esa superación del dolor nos permitirá crecer como personas e, incluso provocará un crecimiento vicario en otras personas que puedan beneficiarse de nuestro crecimiento (muchas personas transforman su dolor en arte, en libros, en experiencias solidarias y vitales hacia otras…). Hay un verdadero crecimiento postraumático que beneficia a esa persona y a quienes la rodean.

USEC: ¿Qué repercusiones puede tener no contar la verdadera causa de la muerte?

SDL: En muchos casos se hace para autoprotegerse y proteger la memoria del ser querido, pero el no hablar u ocultar el suicidio contribuye a aumentar el tabú y el estigma que lo rodea.

USEC: ¿Puede el superviviente sentirse abandonado por sus más allegados?

SDL: Sí, es muy frecuente este sentimiento de abandono, especialmente en las parejas que tienen hijos; en padres y madres que pierden a sus hijos, en hijos que pierden a sus padres… Hay una gran herida al considerar que esta persona se quita la vida de forma voluntaria, sin pensar en sus seres queridos, pero con el tiempo aprendemos a ver que no hay realmente una verdadera libertad de elección, que esa visión en túnel de la que hablábamos condiciona a estas personas hasta despegarlas del deseo vital y de sus familias.

USEC: ¿Y cuál debe ser el papel del entorno cercano a la familia o allegados más afectados? ¿Alguna pregunta que debería evitarse?

SDL: Acompañar, escuchar de forma activa, no forzar a nada, cuidar amorosamente en las necesidades básicas y, muchas veces, acompañar desde el silencio y el abrazo, esperando a que la persona superviviente verbalice sus necesidades. Nunca se debe forzar a nada, cada persona tiene sus propias necesidades. Evitar querer saber detalles, actuar morbosamente, buscar por qué o hacer sentir culpable a sus familiares.

USEC: ¿Qué recomendaciones daría cuando el superviviente es un niño?

SDL: Decirle la verdad siempre, en función de su edad, sin necesidad de dar detalles morbosos que puedan herirle, pero no ocultar la verdad pues más tarde cuando lo descubra, se sentirá engañado y lo echará en cara. Acompañarle en sus necesidades igual que a los adultos. Buscar fórmulas para que se despida y pueda sacar su dolor.

USEC: ¿Qué clases de culpa existen y cómo nos enfrentamos a ella?

SDL: Ya hemos hablado de la culpa como el puñal más difícil de extraer del corazón. Vivimos en un mundo occidental con cimientos culturales judeocristianos donde la culpa está muy presente. En Oriente es muy diferente, no tienen conciencia de culpa, hay mayor aceptación de las cosas tal y como son. En esta parte del mundo asumir que no pudimos evitar lo ocurrido, es la parte más dolorosa y compleja del duelo por suicidio. Cada persona deberá encontrar sus propias herramientas, mirar hacia adentro, no huir de lo que sentimos, sino desmenuzar los miedos y emociones más ocultas para poder sanearlas y curarlas.

USEC: Y, para terminar, ¿la aceptación de la muerte del fallecido es vital para continuar con el duelo?

SDL: La aceptación de la muerte del fallecido llega cuando entendemos que no pueden volver, cuando superamos la perplejidad que acompaña a estas pérdidas. El gran problema es que cuando aceptamos la realidad de la pérdida llega la desolación y la rabia, pero todas esas emociones son necesarias, en mi opinión, para efectivamente poder asumir lo ocurrido y comenzar a trabajar para superar el sufrimiento. Como dijo Buda, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.

OSCAR ETXEBARRIA

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