La amenaza de la creciente expansión yihadista, desde Cabo Delgado, norte de Mozambique, ha tomado un carácter marcadamente más regional tras el primer ataque en Tanzania del grupo salafista conocido localmente como Ahlu-Sunnah Wa-Jama (ASWJ); pero reivindicado por el autoproclamado Estado Islámico en África Central (ISCAP), que pretende la unión de las distintas milicias yihadistas de la región bajo la estructura organizativa de Daesh central. El pasado 14 de octubre, los terroristas mozambiqueños atacaron la localidad fronteriza de (Kitaya), donde asesinaron a más de veinte personas. Si bien no es el primer ataque de la insurgencia mozambiqueña ASWJ en territorio tanzano, sí el de mayor envergadura hasta la fecha, y el primero reclamado por ISCAP.
ISCAP se encuadra en la progresiva expansión de Daesh en África. En lo que respecta a África del Sur, la inclusión de Tanzania en el mapa de ataques del semanario al-Naba —editado por la Oficina Central de Comunicación de Daesh—, junto con República Democrática del Congo y Mozambique, refuerza la idea de posibles ofensivas en localidades fronterizas tanzanas, y subraya también la pretendida extensión del ISCAP por toda la región del África Central.
A pesar de la creciente expansión yihadista, Tanzania aún no ha intervenido en territorio mozambiqueño para contener al grupo pero podría hacerlo si los ataques se extienden hacia la costa
Por el momento, Tanzania no ha intervenido en territorio mozambiqueño para contener al grupo —tan solo ha reforzado la presencia de fuerzas armadas en las áreas fronterizas desde el pasado mes de mayo—; pero podría tomar otras medidas más contundentes si los ataques se extienden hacia la costa.
En lo que respecta a Cabo Delgado, la situación de seguridad se deteriora. Ahlu-Sunnah Wa-Jama (ASWJ) —la principal facción yihadista nativa, también conocida como Ansar al-Sunna y Al-Shabaab (sin conexión alguna con Al Shabaab de Somalia) y con tenues conexiones internacionales— lleva a cabo ataques prácticamente a diario. Fundado en 2017, el grupo yihadista exhibe una creciente sofisticación táctica, así como una mayor capacidad para hacerse y mantener territorios estratégicos. Desde entonces, ha asesinado a más de 2 000 personas entre fuerzas de seguridad y civiles y provocado una grave crisis humanitaria con más de 300 000 personas obligadas a huir de sus hogares y aldeas en la provincia de Cabo Delgado, según Naciones Unidas. En los primeros nueve meses de 2020, sus ataques en Cabo Delgado ya superan el total registrado en todo 2019. Además, se estima que en torno a un tercio del territorio de la provincia está fuera del control gubernamental y su arteria costera es cada vez más insegura.
El impacto y crueldad de las ofensivas de ASWJ/ISCAP se incrementan. El puerto de Mocimboa da Praia, ataques a buques y a enclaves turísticos son ejemplos recientes
Con todo, la capacidad tanto operativa y organizativa de ASWJ/ISCAP, así como el impacto y crueldad de sus ofensivas se incrementan. Ejemplos de ello es el ataque y posterior captura, el pasado mes de agosto, del puerto de Mocimboa da Praia —la ciudad portuaria (100 000 habitantes) más importante de Cabo Delgado, un importante eje logístico para la región y un punto fundamental para el proyecto energético internacional de gas natural licuado que se está desarrollando en la península de Afungi, a 60 kilómetros offshore del puerto—, así como los ataques a buques y varias islas de la zona, que son importantes enclaves turísticos también próximos al proyecto. Por otro lado, esta conquista territorial —que aún se mantiene— apunta a la debilidad de las fuerzas de seguridad mozambiqueñas que, al lograr los yihadistas controlar las principales carreteras, tienen muy complicado lanzar una contraofensiva.
Reacción frente a la creciente expansión yihadista en Mozambique
Frente al yihadismo, el Gobierno mozambiqueño se ha limitado a la protección de las infraestructuras energéticas de la península de Afungi; aunque, en los últimos meses, se ha mostrado abierto a una posible ayuda regional e internacional en materia contraterrorista: capacitación de sus tropas, asistencia humanitaria y técnica. En este sentido, durante la 40ª Cumbre de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) —celebrada el pasado agosto—, el bloque regional mostró su compromiso de apoyar a Mozambique en la lucha contra el yihadismo, pero no ha habido aún acciones concretas.
Por otro lado, el pasado 23 de septiembre, Mozambique pidió ayuda a la Unión Europea (UE) para frenar la amenaza yihadista. El 9 de octubre, el Delegado de la UE en el país ha confirmado —en nombre del alto representante Josep Borrell— que se prestará apoyo como muestra del compromiso europeo «con la ayuda humanitaria, el desarrollo y la seguridad» de Mozambique.
FUENTE: Departamento de Seguridad Nacional
ARTÍCULOS RELACIONADOS